Sembrando momentos de felicidad.

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Rafa Peiró

Consultor y Mentor. Diplomado Profesional en Mindfulness. Director de "Talentos en Equipo". Autor de los libros "Inteligencia Temperamental" y "Reflexionar es Avanzar".

De forma periódica la Real Academia Española de la Lengua, realiza una revisión lingüística para incorporar algunos términos y desestimar otros, con el fin de que el idioma se mantenga actual y dinámico. Yo propongo desde aquí que deje de utilizarse el término “perder la paciencia”, porque en la sociedad actual ya hace bastante tiempo que no sabemos lo que es tener paciencia.

Lo que no se tiene no se puede perder.

Una lastima, porque nos vendría muy bien tenerla cuando ponemos en práctica actitudes afectuosas, respetuosas, atentas, de apoyo y de amabilidad; esperando que reverberen en nuestra propia dirección. Dejemos que sigan su camino natural, ya que lo que proyectamos va expandiéndose y encontrando maneras de envolvernos a nosotros también.

Es cuestión de tiempo que las actitudes que vamos sembrando en las relaciones, decidan crecer junto a nosotros cultivadas en este caso por los demás.

Te dejo a continuación una lista de cinco actitudes para sembrar felicidad, los enunciados pueden parecer obvios, me reitero en ellos porque son muchas las veces que lo simple lo hacemos complicado. Pretendo que las siguientes propuestas las tomes como una filosofía de vida, no como una lista de tareas.

1. Si quieres que te quieran, quiere.

El cariño genuino es un regalo que das sin esperar recibirlo de vuelta. Incorpora a tus jornadas la actitud de  mostrar afecto con gestos y palabras amables, es posible que no todos te correspondan, pero el amor que das ayuda a construir un entorno más cálido y afectuoso.

2. Si quieres que te respeten, respeta.

Prestar atención y respetar la opinión de los demás, incluso cuando no compartes sus ideas o formas de ser, es un acto de madurez y humanidad. A veces, habrá personas que no te responderán de igual manera, pero mientras no rebasen la raya de faltarte al respeto, tu sigue fiel a principios tan admirables como abrir tu mente hacia la diversidad y la convivencia equilibrada.

4. Si quieres que te escuchen, escucha.

Escuchar no es solo oír; es prestar atención con el corazón abierto y la mente presente. Cuando dedicas tiempo a comprender a los demás, no solo les haces sentirse valorados, sino que creas un puente de conexión. Aunque en ocasiones sientas que no recibes esa misma atención, recuerda que liderar con el ejemplo es la mejor manera de transformar tu entorno.

4. Si quieres que te ayuden, ayuda.

La ayuda desinteresada tiene un poder transformador. Ya sea un pequeño favor o un acto de gran generosidad, lo importante es dar sin esperar nada a cambio,  no pongas de condición que las personas a las que das (no prestas) ayuda,  se comprometan a devolvértela. El bien que haces ya encontrará la manera de regresar a ti, muchas veces cuando menos te lo esperes.

5. Si quieres que te sonrían, sonríe.

La sonrisa es un lenguaje universal que rompe barreras y alivia tensiones. Sonríe con sinceridad, incluso cuando el día no sea fácil, porque esa pequeña acción tiene el poder de iluminar no solo tu vida, sino también la de quienes te rodean. Una sonrisa auténtica es contagiosa y, poco a poco, puede cambiar el ánimo de todo tu entorno.

Si eres una de esas personas que tiene los benditos hábitos de expandir a su alrededor amor, respeto, atención, apoyo y sonrisas, te doy las gracias por entender de forma tan admirable el sentido de la vida. Si vas a procurar incorporarlos a partir de “ya mismo”, pronto te darás cuenta de que has elegido una de las maneras más bellas de vivir.

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