¡Apostando por el buentrato!

¡Apostando por el buentrato!

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Rafa Peiró

Consultor/Formador/Mentor. Director de "Talentos en Equipo". Autor de los libros "Inteligencia Temperamental" y "Reflexionar es Avanzar".

Es curioso que si consultas en la RAE la forma de escribir la palabra «buentrato» te recomiende escribirla por separado, es como si se diera por hecho que los seres humanos tuvieramos cierta dificultad para incluir en nuestro comportamiento, de forma continuada, el hábito de tratarnos bien. Sin embargo en la palabra «maltrato» no hay ningún tipo de duda, tolerancia cero incluso a la hora de escribirla. Afortunadamente, cada vez tenemos más claro que hay que luchar contra ello con rotundidad y sin división alguna.

He de decir, como Certified Trainer por Inner Mammal Institute de California, dirigido por la Dra. Loretta Breuning que, aunque los seres humanos contamos con la valiosa característica diferencial de tener cientos de miles de millones de conexiones neuronales, seguimos siendo animales mamíferos y compartimos con otros seres vivos muchos instintos, reacciones y acciones que, en su origen, escapan al enorme poder que la corteza prefrontal ejerce sobre nuestra vida.

Foto de Tarryn Myburgh en Unsplash

La misión prioritaria que compartimos con el resto de seres vivos es sobrevivir, algo que está marcado de forma indeleble en nuestro inconsciente, un espacio por donde la razón se desenvuelve de forma torpe e imprecisa. A lo que hay que  añadir que recientes descubrimientos como el de Michael Gazzaniga, prestigioso neurocientífico estadounidense, indican que el 98 % de nuestra actividad mental es inconsciente.

El cerebro humano tiene mecanismos innatos muy similares al de bastantes animales por lo que, como en ellos, prioriza los estados de alerta ante situaciones que pueden poner en peligro nuestra vida. En muchas especies dichos estados siguen activándose por circustancias muy similares, mientras que para el ser humano debido a su enorme capacidad de pensamiento, se multiplican. Nos ponemos   «a la defensiva» o pasamos «al ataque» tanto ante las situaciones reales como ante las imaginadas, que superan en gran número a las primeras, además las hemos ido adaptando a los tiempos, es decir, su forma ya no es la del león que nos quiere deborar, sino que es mucho más sofisticada y rebuscada. El fondo, sin embargo, sigue siendo el mismo.

Son tiempos, los actuales, en los que estamos rodeados de herramientas tecnológicas, donde palabras como digitalización, robótica e inteligencia artificial, ya forman parte de nuestra vida, por lo que tenemos la extraordinaria oportunidad de liberar a nuestro cerebro de una parte importante de la ingente labor que lleva realizando desde el origen de nuestra especie, la de salvarnos la vida.

Creo que es un buen momento para, como dice mi buen amigo Roberto del Santo desde su «Proyecto Despierta», comencemos a darnos cuenta de nuestro potencial consciente. Me sumo a ello opinando que  la humanidad todavía es muy superior a la inteligencia artificial en el arte de reflexionar, empatizar, cooperar, perseverar y poner en valor comportamientos de respeto, reconocimiento e inclusión de la diversidad de temperamentos.

Asumamos el reto de disminuir desconfianzas, exceso de conflictos y egoísmos desmesurados, para que en ese camino compartido que llamamos "existencia" predomine el buentrato. Es una gran forma de apostar por un mundo mejor.

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