«Navideando» todo el año

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Rafa Peiró

Consultor y Formador. Diplomado Profesional en Mindfulness. Director de "Talentos en Equipo". Autor de los libros "Inteligencia Temperamental" y "Reflexionar es Avanzar".

"Navideando" todo el año

La Navidad es ese espacio de tiempo en el que, las personas sacamos del trastero y desempolvamos por unos días esa capacidad que tenemos los seres humanos de tomar conciencia de las cosas, reflexionar y buscar un bien común que contribuya a mejorar las relaciones en particular y  el mundo en general. La Navidad es esa época especial donde nuestra capacidad de ser generosos y empáticos, sale de ese estado latente en el que permanece a menudo el resto del año. Sin embargo, no hay razón para que estas virtudes se limiten a unos pocos días del mes de diciembre. El reto, y también el regalazo que podemos ofrecernos a nosotros mismos y a los demás, es extender esos buenos hábitos navideños durante todo el año. ¿Cómo lograrlo? A continuación, propongo tres pautas esenciales para convertir el espíritu de la Navidad en un estilo de vida permanente.

  1. Practicar la gratitud diariamente

    La gratitud es una de las formas más potentes de tomar conciencia de lo necesario que es considerar la existencia como punto común de cooperación por parte de todos, practicar la gratitud es condición indispensable para que la humanidad evolucione y tenga sentido. Adoptar esa actitud transforma nuestra percepción del mundo y de las personas que nos rodean.

Cuando agradecemos, nos volvemos conscientes de lo bueno que hay en nuestra vida, lo que nos inspira a compartir esa abundancia emocional con los demás. Dedicar tan solo unos instantes cada día a anotar algo por lo que estemos agradecidos, puede convertir ese pequeño gesto en un impacto de profundo bienestar. Te propongo que te descargues en el móvil alguna aplicación tipo agenda y crees un apartado de “agradecimientos diarios”, para al final de la semana leerlos, la sensación que sentirás será muy gratificante, además de que te motivará a comenzar la nueva lista de la semana siguiente.

  1. Escuchar con el corazón

    La prisa del mundo moderno a menudo nos lleva a escuchar solo para responder, para “salir bien parados” de las situaciones con las que lidiamos cada día, desgraciadamente no escuchamos para entender y mucho menos para contemplar la posibilidad de abrir la mente a posturas diferentes a las nuestras. Una manera poderosa de mostrar afecto y bondad es aprender a escuchar activamente, con atención plena y sin juzgar. Cuando dedicamos tiempo a entender las emociones y perspectivas de los demás, creamos conexiones profundas y significativas. Esta práctica también nos ayuda a desarrollar la empatía, una habilidad esencial para construir un mundo más compasivo.

  2. Convertir la ayuda en un hábito

    No necesitamos grandes gestos para marcar la diferencia. Una sonrisa, un pequeño favor o simplemente estar disponibles unos pocos minutos para alguien que lo necesite, son sencillos actos de bondad que pueden iluminar el día de una persona. Si normalizamos como hábito el ayudar a los demás, no solo impactaremos positivamente a nuestro entorno, sino que llenaremos de sentido, paz y satisfacción nuestro día a día.

Mantener el espíritu navideño todo el año es un admirable desafío y una formidable decisión.Cuando practicamos la gratitud, escuchamos con el corazón y ayudamos de manera constante, nos convertimos en agentes de cambio en nuestro entorno. Estos actos sencillos pueden parecer pequeños, pero su impacto es inmenso.

Decía la gran científica Marie Curie: La mejor vida no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones.

Te deseo Feliz Navidad, sin abandonar la esperanza de que este artículo te inspire a incorporar la bondad como hábito de vida.

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